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Mostrando entradas de 2011

Onirógrafo- 23.05.09

Era el mío un esfuerzo sobrehumano y, a pesar todo, no conseguía quitarme el gigantesco velo de sombra que se cernía lentamente sobre mí. Podría jurar que la distancia entre el primer estruendoso choque de concreto y mis piernas que no cesaban de moverse fue de apenas unos cuantos pasos. Para cuando la mole de hormigón quedó sofocada bajo su propia nube de polvo y lanzado a diestra y siniestra infinidad de cristales como bomba de fragmentación yo me encontraba milagrosamente a salvo y contemplando el espectáculo con un profundo aire de suficiencia y un sentimiento de hondísima felicidad. El nubarrón permaneció encostrado por algún tiempo a mitad de la avenida y no contento con ello continuó engullendo el paisaje en derredor. Pero ¿por qué hablo de tiempo? Yo no tenía idea alguna de tiempo. El tiempo no existía. No veía a nadie en las cercanías salvo a un individuo que factiblemente había corrido con la misma suerte. Ahora medianamente llego a entender aquello que dicen sobre la parális

TRES ATAÚDES BLANCOS, Antonio Ungar, 2010, Anagrama, 284 pp.

Recién termino TRES ATAÚDES BLANCOS justo una semana después de haber comenzado su lectura. La dilación hay que atribuirla en primer lugar a mi pereza, pero la verdad es que la novela durante extensos tramos provoca un cierto sopor del que es difícil salir, donde el protagonista (y al final la co-protagonista le hace segunda) se suelta a describir pormenorizadamente la rutina en la que vive, una rutina que además de eso -la descripción de una rutina- funge como una especie de periodo de relajación entre los tormentosos acontecimientos en que se ve envuelto el personaje. Viene muy a cuento la lectura de TRES... teniendo en cuenta los sucesos que vienen acaeciendo a últimas fechas con mayor violencia en algunas repúblicas latinoamericanas, pero no porque la novela nos ponga en alerta o nos recuerde la clase de sociedad en la que vivimos día a día (unas más peligrosas que otras). Eso no es necesario, lo sabemos de sobra (al menos creo que lo sabe el público potencial para el que está

Reseña: David Llorente, "El bufón".

En "El bufón" (2001) nunca están claros -ni deseable que lo estén- los límites entre lo real y lo imaginario. Mejor dicho, no los hay. Desde el inicio mismo, a la manera del drama, el autor nos sitúa dentro de la atmósfera que habrá de tener toda la novela, y esa atmósfera es fundamentalmente la que se gesta durante la pesadilla de un personaje: el bufón (¿cómo entender de otra manera la incongruencia, por ejemplo, entre la ausencia de campanas en la acotación inicial y sus toques a rebato durante la narración sino como una inversión, un desfase, producto de la pesadilla?). ¿Por qué el bufón? Dentro de la tradición literaria el bufón ha sido un personaje ambivalente; por un lado, provoca la risa, la risa morbosa, por su fisonomía contrahecha (tráigase a la mente, aunque sin ser aún un bufón strictu sensu , al Tersites de Homero), pero también por lo que es capaz de hacer, ya sean piruetas o burlas. De sus flechas nadie se escapa, ni siquiera los monarcas. Su influencia,

Reseña: Johannes Urzidil, "Tríptico de Praga", Valencia, Pre-textos, 1996.

Aún recuerdo vivamente la apertura del segundo acto de Prodaná Nevěsta , aquel himno exaltado y jovial que en la taberna le dedican los convidados del pueblo a su néctar tutelar. Poco importa ahora que en la ópera los cantos al divino líquido sirvan sólo como pretexto para ensalzar las virtudes del amor o el dinero, defendidas por Jeník y Kecal respectivamente. Lo que interesa subrayar es la actitud de un pueblo que, a pesar de encontrarse con frecuencia inmerso en la tristeza o la desgracia, se procura momentos para levantar la mirada y reconocer la alegría. Un espíritu algo similar encuentro de primera instancia en los relatos de Urzidil. El "Tríptico de Praga" es varias cosas, pero ante todo es una alabanza a la caput urbium bohemorum , una ciudad que pese a la ingente cantidad de infortunios siempre resurge de entre sus cenizas y continúa sorprendiendo a sus moradores. Al menos eso es lo que se puede apreciar en la primera parte del libro. De la mano de un mozuelo (que n

Comentario a "La insoportable levedad del ser" de Milan Kundera

La insoportable levedad del ser puede parecer a primera vista sólo una novela de las relaciones humanas. Más exactamente, de las relaciones amorosas de los hombres. Y es que la compleja trama de amores, deseos, infidelidades y desengaños entre los personajes que el texto presenta resulta tan seductora que no es fácil percatarse de la enorme riqueza temática que se esconde tras este cuadro. ( Delante de la mentira comprensible hay una verdad incomprensible , podemos decir con uno de los personajes.) Lo dicho: no es éste el único tema, pero sí el más evidente dentro de la novela. El amor, sus motivaciones, sus derroteros, sus vaivenes, sus perversiones. El autor muestra una realidad sólo para algunos evidente: el amor no es en absoluto aquel sentimiento idílico y trascendente que otros intentan privilegiar. Es un tanto más complejo. Tal complejidad puede sintetizarse en una elección: el peso o la levedad; el amor o la sexualidad. Cada uno tiene la palabra. La novela es el relato de

México bárbaro en Nürnberg

Concebida al calor de la penúltima justa mundialista -aunque pulida recientemente- esta breve crónica refleja en última instancia la atención que el autor ha puesto en el cultivo de la intolerancia hacia un sector de su "gente". Es también una muestra de su gusto por los textos de Guillermo Sheridan. a Xóchitl Mayorquín Berlín. 11 de Junio. 8:00 horas: Hoy es domingo y se presenta México en el Mundial de futbol, exactamente en la ciudad bávara de Nürnberg, a unos seiscientos kilómetros al sur de Berlín. En cuanto a mí, me encuentro en el primer fin de semana de descanso después de haber iniciado los cursos de alemán. Lo normal ¿qué duda cabe? hubiera sido permanecer el día entero en casa, conocer mejor a mis nuevos anfitriones –de una serie acaso infinita en mi larga carrera como arrimado– y prepararme para observar por la noche el primer partido del once nacional en la televisión local. Sin embargo, ya en México estaba con la osada intención de viajar direct